Ni un espacio crítico amplio ni menos una instancia de reflexión



viernes, 30 de abril de 2010

"Me cago en el sistema de Alta Dirección Pública"

Un comentario desafortunado con micrófono abierto terminó por hundir aún más al Presidente Piñera, que termina esta semana con alza, pero en la desaprobación, de 13 por ciento.
Poco después de enterarse del despido inopinado del director del Serviu y a propósito de lo cual ofrecía una rueda de prensa en conjunto con la señora Brahm para explicar lo inexplicable, vale decir, que gobernar con los mejores era puro cuento, se enteró de la guagua nacida en un baño en un hospital santiaguino. Esto terminó por emputecerlo del todo.
En ese ánimo, abandonó la rueda de prensa abruptamente, seguido por la señora Brahm que, de pasadita, le anunció en voz baja que también renunciaba a su función de veladora de la idoneidad de los funcionarios públicos.
En tales circunstancias, el periodista del matutino MienteQueAlgoQueda, que seguía a ambos, alcanzó a escuchar esto último y preguntó con libretita en mano que en qué pie quedaba entonces la institucionalidad del organismo de alta dirección pública.
Fue entonces cuando el primer mandatario, sin volverse, soltó el exabrupto que titula esta nota, como pa sí mismo, sin percatarse de que en la solapa todavía cargaba el micrófono abierto.
Se esperan para hoy sus disculpas.

martes, 27 de abril de 2010










20 AÑOS DE CONCERTACIÓN...
Sebastián Piñera Echenique
Editorial Anagrama
Barcelona, 245 páginas
24 x 19 cm
23 euros en Amazon.com



Como de costumbre, Piñera Echenique nos entrega una vez más un acabado y meticuloso estudio sobre las costumbres y tradiciones del chileno medio, en el marco histórico de los últimos veinte años de historia patria.

Un volumen imprescindible en la biblioteca del meón profesional y, cómo no, del meador en público, sujeto emergente en los sectores acomodados, señal inequívoca de democratización social y económica, a las puertas del Bicentenario.

A nuestro tío permanente

Escenas de hondo dolor y profundo dramatismo se vivieron ayer en el Parque Metropolitano con ocasión del funeral del inmigrante alemán Paul Schaffer, gestor de una obra humanitaria sin precedentes en la historia de nuestro país. Una larga fila de dolientes acompañó al féretro, encabezada por el senador UDI don Hernán Larraín quien, virtualmente deshecho por la tragedia, no podía ocultar el llanto. Cobijado por el abrazo fraterno de don Jovino Novoa, caminaba a paso lento, arrastrando los pies. Tal era su dolor.

A la mitad del trayecto, sin embargo, ya se le notaba algo más calmado. Se les había unido don Fernando Matthei quien, siempre tan sensato para enfrentar la vida, en vez de llorar, optó por recordar los bellos momentos que juntos habían pasado en la Villa, cuando vacacionaban allí por los años 80 y él, Fernando, aprovechaba de charlar en alemán con el tío Paul, que siempre tenía a mano un chiste alemán para contar.
Esto hizo reír a todos y, poco a poco, Hernán se fue calmando.

Recordó entonces las duras batallas que habían tenido que enfrentar. La "Corporación de Amigos de Colonia Dignidad", el año 1994, lo había pasado muy mal. Y eso que bregaba por defender la escuelita y el modesto hospital, construido con el esfuerzo sostenido de colonos y niños; estos últimos después que el tío se aburría de ellos.
-No he visto a Juan Antonio- dijo Hernán. -¿Anda por ahí? Me pareció verlo a la entrada cuando saludó de beso a la Rebeca, pero hace rato que no lo diviso.
-¿Coloma? -preguntó la Evelyn, que en ese momento se incorporaba al grupo.
-Síii, Coloma y tantos otros- anotó Bombal, que caminaba algo más atrás, muy suelto de cuerpo, mirando minas (de otros funerales, naturalmente).
-Ahh, tantos otros... Tienes razón, Carlos. Dime, te acuerdas de quiénes formábamos ese colectivo?
-Uuy, cuesta recordarlos a todos...-.
Carlos Bombal dejó la frase sin terminar pero fue recordando para sí poco a poco los nombres de los integrantes: Hernán Larraín, su mentor; él mismo: Carlos Bombal; Evelyn Matthei, Andrés Chadwick, Jaime Orpis y, no faltaba más, don Juan Antonio Coloma. Un grupo selecto, agradecido de los inestimables servicios prestados por la villa en los difíciles momentos de la lucha contra la insurgencia.

A punto de llegar al lugar del eterno descanso, Hernán, que en ese momento solo sollozaba calladamente, recibió un golpecito en el hombro. Era don Sergio Fernández quien, después de las palabras de rigor, le planteó que ellos, los que recurrieron al Tribunal Constitucional en 1991 alegando la inconstitucionalidad del decreto aquél que declaraba disuelta la personalidad jurídica de la Colonia, deseaban publicar en los medios una nota de sincero homenaje y reconocimiento a don Paul y quería saber si él, don Hernán, estaba dispuesto a firmarla, en representación de los "Amigos de la Colonia". Agregó que era parte fundamental de la nota de homenaje reiterar las palabras aquellas tan hermosas que había pronunciado él mismo con ocasión del rechazo a un operativo criminal en la Villa el año 1996, cuando tuvo que alzar la voz para reclamar que se pretendía detener a "un anciano de cerca de 80 años que además sufre la pérdida parcial de la visión".
- También tengo que hablar con los que votaron en contra de la comisión investigadora sobre "violaciones a los derechos humanos en la Colonia", como cacarean estos otros- agregó.
-¿Quiénes están ahí, Sergio? -preguntó Hernán.
-¿Dónde? En lo de la comisión o en lo de la personalidad jurídica?
-En cualquiera de esas barbaridades. Lo que me interesa saber es si está Sebastián.
-Mira. La verdad, no estoy seguro. Aunque yo tengo la impresión de que se corrió-. Luego agregó: -Pero aquí tengo la lista.
-Léemela. Voy a firmar de todos modos, pero léemela.
-Ok.

A esa altura, Paul estaba a punto de descender a los infiernos y la muchedumbre sollozaba quedo, muy quedo, así que a don Sergio no le quedó otra que, muy quedo también, referirle los nombres. Así como pa callao, leyó su lista:
- Diputados y senadores: don Sergio Fernández -disculpa que me ponga en primer término-, don Sergio Romero, don Mario Ríos, don Sergio Diez, doña Olga Feliú (ay, la tía Olga, su abogada, que lo visitó seis veces cuando el tío estuvo exiliado en Buenos Aires), don Bruno Sievert, don William Thayer y don Santiago Sinclair.  Otros: don Jaime Guzmán y don Sergio Onofre Jarpa.  ¿Te parece?
-Me parece. ¿Dónde sale el homenaje?
-En un blog, no más. Después te doy el link. Va con fotos. ¿Ta bien?

La flor que llevaba la Rebeca hizo al caer un ruido pequeñito sobre el féretro y luego todos se encaminaron a los estacionamientos. Como dice el autor de El Principito, es después de abandonar el cementerio cuando los muertos están verdaderamente muertos, incluido Paul, benefactor inestimable de la UDI, de RN y de la Dina.
Un instante de sano esparcimiento. El Grupo de Bronces y Metales de Villa Baviera interpreta el Deutschland Uber Alles. En el saxo tenor: Juan Antonio Coloma; trompa: Sergio Fernández; piccolo: Jovino Novoa; clarinete: Andrés Chadwick; fagot: Evelyn Matthei; trombón: Hernán Larraín; trompeta: Jaime Orpis.

martes, 13 de abril de 2010

Tantauco, la tragedia olvidada

El movimiento de placas que azotó nuestro país en febrero pasado arrasó con casas, edificios, apartamentos, puentes, carreteras, y también vidas humanas, por cierto. Tal ha sido nuestra conmoción ante las reiteradas imágenes de dolor y desesperanza desplegadas por los medios audiovisuales que no nos dimos cuenta sino hasta hoy de que el azote del destino también arrasó con organizaciones cívicas completas, desarticuló desde la base importantes instituciones sin fines de lucro dedicadas, por ejemplo, a pensar un nuevo Chile. Es el caso de Tantauco que hasta antes de la tragedia, contaba con 5.000 gerentes, subgerentes, directores, subdirectores, presidentes, vicepresidentes, secretarios generales y expertos de toda laya, prestos a tomar las riendas del destino de nuestra nación.
Nada de eso queda en pie hoy.

Y como las desgracias nunca vienen solas, hace apenas unas horas hemos sabido por la prensa que, una vez más, luego de peinar sus cuarteles, haber buscado bajo los escombros y finalmente encontrado a un ejecutivo con vida que podía fungir de director del Sernac, el señor de marras acaba de ser vetado por inepto (o sea, no apto), lo que llevará al nuevo gobierno a enfrentar por enésima vez la pronta búsqueda de un reemplazante, gestión que sin embargo estamos seguros se concretará en el más breve plazo, en perfecta sintonía con el sentido de urgencia que, pese a las circunstancias, ha caracterizado a la nueva administración desde el primer minuto.

Vamos Chile que se puede.

lunes, 12 de abril de 2010

No hay caminos para la paz, la paz es el camino


Estimado Sebastián:
Supe que estuviste apenas 5 horas en Buenos Aires y no se te ocurrió nada mejor que acceder gustoso a ser entrevistado por el diario Clarín, matutino que no se sonrojó para apoyar la última dictadura militar argentina y a cuya cabeza se encuentra una gran mujer, un alma caritativa sospechosa de apropiarse de hijos de desaparecidos. Eso dicen los argentinos, al menos.

Pero... está bien. Eso muestra, una vez más, tu amplitud de criterio.

Pero me siento en la obligación de hacer algunos reparos a tu participación espontánea en tal acto mediático.

(Aunque la gran cagada, esa de los muertitos y los conflictos de interés, la vamos a dejar para una próxima oportunidad porque está pidiendo a gritos una reflexión profunda, y hoy día estoy apurado). De modo que sólo tocaremos hoy esa, la tuya, malhadada costumbre, de andar citando a tontas y a locas.

En todo caso, habrá que decir que la primera cita a Gandhi no estuvo tan mal. Me refiero a esa de la paz y el camino, donde tú, ingeniosísimo, cambiaste lo de la paz por la “unidad”. Muy certero. Y cumpliste además con un muy justo y agradecido homenaje al Mahatma, quien caminó leguas y leguas durante días y noches para reclamar por el impuesto a la sal que imponían las autoridades británicas. Anda tú a saber si de no haber existido esa demanda que hizo historia, habrías tenido que pagar, hace poquitos días, un impuesto mayor y no uno menor, como hiciste, pillín. No siempre es fácil establecer un lazo entre los beneficios que hoy disfrutamos con la lucha que se dio para conquistarlos, más aún cuando de por medio hay miles de kilómetros y una chorrera de años.
En fin.

Donde la anduviste cagando de verdad fue con aquello de “vive la différence”. Pa más recacha, introdujiste la “cita” con eso de “como dicen los franceses”. Nooo, Seba. Te lo he dicho mil veces. Mira, los franceses no dicen eso, no lo han dicho nunca. Te explico: esa es una frase de una película gringa de los años cincuenta y que está referida al sexo!!!!! Sebastián, al sexo!!!! La différence a la que se hace mención es esa, la del pirulín, la tulita. En la película, discuten dos abogados, hombre y mujer. La mujer dice que hombres y mujeres son iguales, o casi iguales ya que concuerda en que sí hay una pequeña diferencia. Es ahí cuando el macho le replica, exactamente como tú dijiste, Sebastián: “pero como dicen los franceses, vive la différence”. ¿Cachái?

O sea… cuál es el rollo? Que te las diste de mundano, quisiste hacer gala de tu conocimiento de la idiosincrasia gala pero con el invento de un guionista gringo. Noo, pos. No veís que fue el actor el que antepuso a ese supuesto proverbio francés eso de “como dicen los franceses”? Pa decirte las cosas con sencillez, citaste una cita mal citada que nunca ha sido cita.

Pero lo hecho, hecho está.

Pensemos en el futuro.
Al recibo de ésta, te encontrarás de gira por el gran país del norte (y ya habrás digerido el hecho de que te recibió el alcalde de Nueva Orleans). Bien, te ruego encarecidamente que ni se te vaya a ocurrir salirle al Obama con eso de “como dijo Einstein, todo es relativo”. Ahí sí que la cagái de frentón. Y hasta ahí no más llegamos. No me pidái más que te busque citas célebres en internet, porque no me hacís caso, tal como dijo Andrés, hacís como que delegái pero no delegái ná. Te gusta mandar no más.

viernes, 2 de abril de 2010

A menos de un mes de haber asumido, Piñera Echeñique presenta primeros síntomas de locura


Hace unos años, asistí a un seminario sobre el origen del universo, dictado por Papelucho (es decir, dictado por quien inspiró el personaje, el profesor Francisco Claro, aunque él dice que fue un primo). Un día, nos contó que en una oportunidad había asistido a dar una charla a un colegio en Puerto Montt y que, para familiarizarse con las niñas (porque eran niñas, y de cuarto medio, de paso) y a la vez familiarizar a éstas con los temas que iba a tocar, hizo una pregunta muy básica al auditorio, pensando que decenas de manos iban a alzarse compitiendo por dar la respuesta correcta. No fue así.
El profesor Claro hizo, en realidad, dos preguntas. Primero preguntó qué nombre se le daba al tiempo que le toma a la Tierra dar una vuelta alrededor del sol. Como las niñas se demoraban en contestar, lanzó al instante otra pregunta más sencillita: qué nombre se le daba al tiempo que le toma a la Tierra dar una vuelta sobre sí misma. No hubo respuesta para ninguna de las dos preguntas.
El profesor no ocultaba su desazón al relatarnos esto y confesó que estuvo a punto de suspender la charla. Si estas niñas no saben distinguir lo que es un año de un día, difícilmente entenderán qué es un año luz o una supernova, pensó pa sus adentros.
Pero lo que el profesor jamás imaginó fue que muchos años más tarde -frente al pelotón de fusilamiento si lo hubiera- el primer mandatario de la nación, economista y cincuentón, tampoco sabría la respuesta. Peor que eso, el primer mandatario confunde una cosa con la otra. Cito textual:
"En estos 20 días hemos avanzado más que otros en 20 años". (Ante la tumba de J. Guzmán... si te oyera..., 01 de abril, 2010).
Me pregunto si se volvió loco o simplemente habrá que explicarle. Mejor le explico:
Sebastián: cuando la tierra da una vuelta alrededor del sol, eso se llama AÑO; cuando da una vuelta sobre sí misma, o sobre su eje de rotación, si querís ponerte más técnico (pa después dártela con tus amigos), eso se llama DIA. ¿Cachái? ... rededor sol... AÑO; ... sí misma... DIA... Si no es difícil.