Ni un espacio crítico amplio ni menos una instancia de reflexión



lunes, 12 de abril de 2010

No hay caminos para la paz, la paz es el camino


Estimado Sebastián:
Supe que estuviste apenas 5 horas en Buenos Aires y no se te ocurrió nada mejor que acceder gustoso a ser entrevistado por el diario Clarín, matutino que no se sonrojó para apoyar la última dictadura militar argentina y a cuya cabeza se encuentra una gran mujer, un alma caritativa sospechosa de apropiarse de hijos de desaparecidos. Eso dicen los argentinos, al menos.

Pero... está bien. Eso muestra, una vez más, tu amplitud de criterio.

Pero me siento en la obligación de hacer algunos reparos a tu participación espontánea en tal acto mediático.

(Aunque la gran cagada, esa de los muertitos y los conflictos de interés, la vamos a dejar para una próxima oportunidad porque está pidiendo a gritos una reflexión profunda, y hoy día estoy apurado). De modo que sólo tocaremos hoy esa, la tuya, malhadada costumbre, de andar citando a tontas y a locas.

En todo caso, habrá que decir que la primera cita a Gandhi no estuvo tan mal. Me refiero a esa de la paz y el camino, donde tú, ingeniosísimo, cambiaste lo de la paz por la “unidad”. Muy certero. Y cumpliste además con un muy justo y agradecido homenaje al Mahatma, quien caminó leguas y leguas durante días y noches para reclamar por el impuesto a la sal que imponían las autoridades británicas. Anda tú a saber si de no haber existido esa demanda que hizo historia, habrías tenido que pagar, hace poquitos días, un impuesto mayor y no uno menor, como hiciste, pillín. No siempre es fácil establecer un lazo entre los beneficios que hoy disfrutamos con la lucha que se dio para conquistarlos, más aún cuando de por medio hay miles de kilómetros y una chorrera de años.
En fin.

Donde la anduviste cagando de verdad fue con aquello de “vive la différence”. Pa más recacha, introdujiste la “cita” con eso de “como dicen los franceses”. Nooo, Seba. Te lo he dicho mil veces. Mira, los franceses no dicen eso, no lo han dicho nunca. Te explico: esa es una frase de una película gringa de los años cincuenta y que está referida al sexo!!!!! Sebastián, al sexo!!!! La différence a la que se hace mención es esa, la del pirulín, la tulita. En la película, discuten dos abogados, hombre y mujer. La mujer dice que hombres y mujeres son iguales, o casi iguales ya que concuerda en que sí hay una pequeña diferencia. Es ahí cuando el macho le replica, exactamente como tú dijiste, Sebastián: “pero como dicen los franceses, vive la différence”. ¿Cachái?

O sea… cuál es el rollo? Que te las diste de mundano, quisiste hacer gala de tu conocimiento de la idiosincrasia gala pero con el invento de un guionista gringo. Noo, pos. No veís que fue el actor el que antepuso a ese supuesto proverbio francés eso de “como dicen los franceses”? Pa decirte las cosas con sencillez, citaste una cita mal citada que nunca ha sido cita.

Pero lo hecho, hecho está.

Pensemos en el futuro.
Al recibo de ésta, te encontrarás de gira por el gran país del norte (y ya habrás digerido el hecho de que te recibió el alcalde de Nueva Orleans). Bien, te ruego encarecidamente que ni se te vaya a ocurrir salirle al Obama con eso de “como dijo Einstein, todo es relativo”. Ahí sí que la cagái de frentón. Y hasta ahí no más llegamos. No me pidái más que te busque citas célebres en internet, porque no me hacís caso, tal como dijo Andrés, hacís como que delegái pero no delegái ná. Te gusta mandar no más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El señor que escribe este blog, que le llaman, insiste en vilipendiar al patrón. El es dueño de decir lo que se le ocurra para eso el es el presidente de la república y además tiene mucha plata y bien ganada. Yo creo que es pura envidia. Esto nos da un ejemplo de como debemos ser los chileno. Esforzados, emprendedores, creativos, tenaces y actuar con visión de futuro, me gusta esa frase, visión de futuro. Quiere decir que hay que hacer las cosas sin mirar el presente, sino mirando el futura, o sea, lo que hay que dejarle a nuestros nietos. La envidia es lo peor que pueden tener los pueblos. Es cierto que en algunos casos es comprensible. La verdad sea dicha, como si la verdad fuera un martillo, a mi no debería importar estas cosas, total yo no soy chileno, yo soy peruano, pero me gustaría haber sido argentino, sin embargo mi patria, mi verdadera patria es el paradero 20 de la Gran Avenida. Gracias por todo.