Ni un espacio crítico amplio ni menos una instancia de reflexión



martes, 24 de agosto de 2010

El ingenio del chileno



El domingo recién pasado Chile entero recibió con gran alborozo la noticia de que los mineros atrapados 700 metros bajo tierra estaban vivos, para fortuna y regocijo de sus familiares y amigos. El país entero saltó en una pata, conmovido, y se multiplicaron las manifestaciones de alegría por todos sus rincones. 
Esta bella historia de resiliencia y coraje, sin embargo, no transcurría sola. Paralela a ella, corría otra historia, más sencilla y quizás menos épica pero que deseamos reseñar como manifestación, una más, del ingenio del roto chileno.
La historia, muy sencilla, repetimos, va así:

Hacía por lo menos un mes que el asunto había pasado de castaño a oscuro. Se había intentado por aquí y por allá, y una y otra vez la operación se iba a las pailas, por una razón u otra, a pesar de todos los esfuerzos por llegar a buen puerto, en un plazo razonable.

El gran escollo, como es natural, aparte la cuestión de las platas, lo constituía el hecho de que la negociación estaba en manos de la corredora Larraín Vial y el Seba -porque de él hablamos- no podía aparecer así como así llorando en público por unas chauchas más o chauchas menos. Si finalmente llegaban a acuerdo en los montos, o si por el contrario surgía la posibilidad de una rebajita, o un cariñito por el otro lado, era un asunto que Larraín Vial no podía consultarle al Seba directamente pero al mismo tiempo era imperioso encontrar una manera de hacerle saber cómo iban las cosas o si accedía a tal o cual alteración de las condiciones.

La semana anterior al domingo en que se estableció contacto con los mineros atrapados, la transnacional Time Warner había hecho su última oferta por el canal: 140 millones. El Seba se había indignado y preguntado si estaban locos y que esperaba una nueva oferta que elevara al menos en un 25% lo ya ofertado, es decir, quería 175 millones. La Warner ofertó sólo 30 millones más pero el Seba con lo porfiado que es, se negó, aunque bajó un poco la pedida y les contestó que "34 y no se hable más". Pero en ese punto la confidencialidad del asunto ya no se soportaba, lo que ponía al Seba en una situación delicadísima: estaba a un tris de que lo pillaran participando activamente en las negociaciones. Fue entonces cuando la Time Warner anunció que ofrecía 33 millones y ni un dólar más agregando que si no lo aceptaba iban a contarle a todo el mundo que lo de la corredora Larraín y la cacha de la espá era puro cuento.

El resto es conocido por todos. El hombre subió a la mina, se enteró de las hojas húmedas que venían de abajo, se consiguió un papel igualito, pero que estaba seco, y escribió de su puño y letra lo que todos vimos en la tele ese domingo: "Está bien con los 33", es lo que quiso decir. Supuso que la Warner iba a cachar que lo del refugio era pa despistar. Y supuso bien porque hasta ahora el negocio ha pasado piolita.
Ingenioso el cauro.

3 comentarios:

Ariel dijo...

Habría que perguntarle a los mineros, cuando salgan, acaso ellos escribieron (todo) el menasje.
Cuando salió esa imagen, alguien me dijo: "oh pero que blanquito y limpiecito el papel.. no parece que viniera del fondo de la mina".
Y también, habría que hacerle un análisis grafológico, porque hay varios tipos de letras.

Anónimo dijo...

Ariel, ya habló el rescatista que encontró ese mensaje. El mismo venía en otra parte del martillo, por eso venía en diferentes condiciones y lo encontraron más tarde (cuando estaban guardando la sonda).

Dago dijo...

La pregunta de Ariel se la hizo mucha gente ese domingo... pero parece que Anónimo investigó y consiguió la respuesta. Gracias por los comentarios.