Ni un espacio crítico amplio ni menos una instancia de reflexión



miércoles, 11 de agosto de 2010

La sensación de gobernar

Presidente Piñera caminando a altas horas de la noche por las calles de Santiago.
"La sensación de inseguridad es mínima", comentó.


Es hora de confesar que el equipo de Sebastián Escucha tiene santos en la corte.
Cuando los medios son instados a retirarse porque se acabó la conferencia de prensa, nuestro equipo logra permanecer algunos minutos más en el salón o sus alrededores y así podemos acceder al menos en parte a la audiencia privada que siempre sigue al diálogo público.

Así fue como ayer, en la mañana, este medio independiente pudo permanecer con la oreja pegada a la puerta del despacho donde el Presidente felicitaba a la Consultora Hinz & Peter -especialistas en sensaciones de todo tipo- por su excelente desempeño en la tarea encargada por el Ministerio del Interior para disminuir la sensación de inseguridad en las calles del país entero.
Mientras Peter le informaba de lo engorroso que fue que los personeros que cuentan con resguardo policial contestaran la encuesta, el inefable Hinz le instruía sobre la herramienta metodológica fundamental con que contaron para llegar a las cifras que conocemos, que en palabras simples, consistió en la distribución equitativa de los delitos que le correspondía informar a cada medio.

Recordemos que antiguamente, si se cometían, pongamos, veinte delitos diarios, éstos eran abordados por todos los medios, sin exclusión ni censura de ningún tipo. Esta vez, con las medidas implementadas por H & P, los delitos se distribuyeron igualitariamente entre todos los medios, por ejemplo, a La Tercera le correspondía cubrir el delito X, a El Mercurio el delito Y, a Televisión Nacional el delito Z y así, la misma martingala con los restantes canales de televisión, radios y periódicos. Cada uno con su delito. Un medio, un delito, así de simple.
Aunque ni tanto porque los medios más poderosos reclamaron para sí los delitos más llamativos o más sensacionales, en fin, aquellos que provocaran las mayores ventas, o el más alto rating. Lo que no dejaba de ser razonable pero que se contraponía con el objetivo primordial, que era la disminución de la sensación de inseguridad: si el delito era grave debía abordarlo un medio de corto alcance. Finalmente, se llegó a una solución colegial: el medio "semanero", éste podía tomar esa semana el mayor hecho de sangre, para darle el paso a otro la semana siguiente.

Esta batería de ingeniosísimos artilugios fue lo que en palabras de Hinz permitió hacer descender "la sensación de inseguridad" en aproximadamente un 0,002 por ciento, cifra que a la Ena la tenía vuelta loca al punto que esta vez no sólo comentó la encuesta con gran entusiasmo sino que con ese fin entre ceja y ceja se dedicó a perseguir por el patio de los naranjos a cuanto reportero había por ahí guardando sus cámaras a punto de retirarse. Tuvo la mala suerte de tomar a uno de ellos por los fundillos haciéndolo caer aparatosamente en una fuente con agua. El reportero estampó en la oficina de partes un furibundo reclamo por la sensación de inseguridad que se vivía en Palacio.

Pero volvamos al Presidente. Tan encantado quedó con los guarismos y el ingenio portentoso de H & P que los había hecho posibles que, cuando la reunión finalizaba preguntó, como quien no quiere la cosa, más o menos cuánto le costaría al Estado resultados similares en la disminución de la sensación de frío que está aquejando al país de Arica a Magallanes.
Hinz y Peter cruzaron las miradas con cierta extrañeza, pero como ya se despedían junto a la puerta, Hinz le anunció que sí, que cómo no, que lo iban a pensar y que en un par de días le enviarían un presupuesto.
Peter, que había quedado más retrasado, decidió expresar su buena disposición algo más efusivamente de modo que tomó al Presidente del brazo, y muy cálidamente le comentó que lo veía muy satisfecho, muy entero, muy sereno y confiado.
-Se le ve muy bien, Presidente, me tinca que hay algo más que lo tiene así, no sólo los resultados de nuestra performance.
-Bueno, sí. Debo confesarles que tengo la sensación de que Chilevisión se vende.

3 comentarios:

Gabriela Bustos . dijo...

Muy bueno¡,simpático,te faltó que la von Baer dice que "se huelen los operadores politicos"
tambien es una sensación ¡¡¡
Que olor tendrá ella...

Dago dijo...

¿Fue la Ena u otra de las chicas...?
Como sea, gracias por el comentario.

Anónimo dijo...

Una vez más, la sorna se hace carne de este medio. Hay que dejar gorbernar al hombre. Se deja entender que el que escribe esta diatriba en contra de Sebastián, jamás a tenido que presidir un país, eso queda en claro. Debo decir que a aquellos que nos ha tocado la fortuna de dirigir los destinos de una nación sabemos que esto es otra cosa, y perdónenme ustedes si intervengo en este medio, ya que tengo fuero, pero en este caso no haré uso de esta posibilidad, y si haré uso de mi inteligencia. Mi madre, cuando era pequeño me decía...este niño es muy inteligente, capaz que sea presidente como su padre, y mi madre tuvo razón. Aúnque hoy día hace tiempo que dejé atrás esos jueguitos del poder. Hablo con conozimiento de causa, yo se lo que es pasarse la noche en vela tratando que se apruebe una ley en el parlamento. Después de transar con la oposición horas interminables intentando convencerles y finalmente llegar a una transacción que permita que la ley se apruebe. Ustedes no saben lo que es eso.

Un amigo.