Ni un espacio crítico amplio ni menos una instancia de reflexión



jueves, 2 de diciembre de 2010

Presidente a la baja. No compre.


Presidente Piñera observa el estado en que quedó su credibilidad después de la encuesta Adimark.

-Pero... ¿por qué? ¡Dios mío...! ¿Por qué, por qué? -. Los codos apoyados en la mesa de trabajo, Sebastián se tomaba la cabeza entre las manos y sollozaba como un niño.
Peter, frente al escritorio, giró la cabeza a un lado, en dirección a Hinz, y éste avanzó hacia Sebastián el vasito de agua con azúcar que Cecilia acababa de traer.

La luz del atardecer decembrino se colaba por entre los barrotes de las ventanas y le daba a la escena un aire aún más penoso.

Transcurridos algunos minutos y algo más calmado, si bien todavía sollozante, el Seba preguntó:
-...¿Y qué? ¿Ya se olvidaron del rescate? ¿Del estupendo posicionamiento de la marca Chile que logré en Europa y las horas de sueño que perdí por eso?
-Presidente. Se lo dijimos en su oportunidad. No todo dura para siempre... la Coca Cola todavía se publicita, Presidente -aventuró Peter.
-¿Y el papeli...? -comenzó a balbucear Sebastián con la cara descompuesta, pero Hinz lo paró en seco:
-Presidente... lo de la ANFP fue feo. Y también se lo advertimos.
-¡Pero si yo no he llamado a nadie! ¡Y ustedes lo saben!
-Mmmm... Pero se sospecha, Presidente, se sospecha. Y no es necesario que le recuerde por qué.
-Ya... -. El Seba había recuperado en algo la compostura. -Vamos a seguir con lo de las acciones. Díganme mejor cómo salgo de ésta... cómo recupero algún puntito, más que sea... ¡Trece, trece... si parece increíble!

Ahora fue Peter el que se inclinó sobre el escritorio:
-Por ahí vamos bien, Presidente, vemos que poco a poco vuelve a la realidad. La salvación, suya y de muchos niños, está en las 48 horas de amor que se avecinan. ¿Cómo ponerlas de nuestro lado? Simple. No se despegue de don Francisco, póngase con una cifra que pare los pelos (ya habrá modo de recuperarla), llegue a las 6 de la mañana, váyase a las 2 o simplemente no duerma, cante, baile, toque la guitarra, disfrácese, invente un primo sin brazos que llegó a Harvard, no tenga miedo de la autorreferencia y cuente cómo, teniendo brazos tan cortos, hizo fortuna tan larga, etcétera. Por ahí va la cosa, Presidente. Ya verá cómo quieren en Chile al amigo cuando sale en la tele.

Luego de escuchar estas palabras, el Seba se incorporó y salió desde tras el escritorio. Avanzó hacia Hinz y Peter y los abrazó calurosa y efusivamente, como si de mineros se tratara.
Hinz le reiteró que la encuesta partía el lunes y que noo, no, ni él ni Peter querían comprometerse con guarismos pero le auguraban buenos resultados si lograba sacarle jugo a los niños con la misma eficacia con que trató el rescate.

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